15/11/17

La Manada


Estos días está celebrándose el juicio contra los cinco sevillanos acusados de violar a una chica en San Fermín el año pasado. Al parecer la pillaron sola, se vieron arriba y se la llevaron a un portal para hacerle un gang bang. Ella cuenta que no quería pero que se dejó hacer para que terminaran cuanto antes, mientras que ellos dicen que la muchacha se lo pasó pipa y luego les denunció because yes.

No sé hasta qué punto está extendida la fantasía del gang bang entre las mujeres. El caso es que existe, seguramente más de lo que pensamos. De hecho, seguramente todos tengamos una o varias conocidas que se tocan mientras piensan en tener sexo con varios hombres a la vez, aunque obviamente no nos lo van a contar porque eso forma parte de su intimidad y ellas guardan con más celo que nosotras este tipo de fantasías. Ahora bien, voy a intentar ponerme en la piel de una mujer que tiene esa fantasía: en primer lugar, tendrían que participar al menos tres o cuatro hombres y no pueden ser cualquier hombre, sino machos hechos y derechos que me den lo mío. En segundo lugar, tienen que ser personas en las que se pueda confiar, ya que van a ser varios contra mí y es posible que haya alguno que quiera pasarse de la raya o que tenga la tentación de sacar el móvil y difundirlo. En tercer lugar, hay que tener en cuenta la dificultad de encontrar a varios hombres que me gusten, que yo les guste a ellos y que además no tengan problema en tener sexo conmigo todos a la vez. Y, finalmente, hay que tener en cuenta que no es fácil llegar a esta situación, de forma, digamos, "artificial"; lo suyo sería aprovechar una noche de fiesta, pero una fiesta que se desmadra puede tener consecuencias no deseadas. Vamos, que la cosa está realmente chunga y dudo que esto salga algún día de mi imaginación.

Yo lo que intuyo que puede haber pasado es que a la chica en principio no le pareció mala idea o se lo tomó a coña, pero a partir de determinado momento se dio cuenta (con buen criterio) de que eso podía acabar mal, quiso abortar la misión y no pudo.

Respecto a La Manada: cualquier persona con un mínimo de salud mental, incluso llevando unas copas de más, podría haber detectado que ella no se sentía cómoda y haber dejado que corriera el aire, porque total para que te lo hagan a desgana no merece la pena. Ellos no parecieron darse cuenta, y si se dieron cuenta se la sudó, porque ya se les había metido en la cabeza la triunfada del viaje y lo bien que iban a quedar en el Whatsapp, porque la otra persona era ya más un instrumento que una persona.

La lección que yo sacaría de toda esta mierda es que un violador puede ser cualquiera (nada nuevo, de acuerdo, pero es buen buen recordatorio), no sólo el tipo siniestro que te sigue de madrugada. Nadie se levanta una mañana diciendo en serio que esta noche va a violar una pava, pero se nos puede ir la cabeza y no darnos cuenta de cuándo ha llegado el momento de parar. Y la culpa es 100% nuestra; pedirle a la sociedad que sea comprensiva con este tipo de conductas es ridículo.

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